Vaciando mochilas, llenando almas — A. Lafant



Se conocen desde niñas y se han ido convirtiendo en mujeres a lo largo de los años, y justamente con el paso del tiempo, se han dado cuenta de que han llenado sus vidas de recuerdos dolorosos, experiencias difíciles y de completos muy pesados.

Un día deciden hacer un cambio en su existencia para vaciar esas mochilas abstractas y así enfrentar sus propios miedos para poder llenar sus almas necesitadas de muchas carencias emocionales.

A lo largo de la lectura, conoceremos a las protagonistas niñas y mujeres en capítulos entrelazados, hasta llegar a un final en el que, quizás, sean nuestras propias almas las que también se renueven.


La sinopsis me parece más un resumen-reseña que una sinopsis... ¡Pues allá vamos con mi opinión!



Es una portada preciosa, y un título de lo más atrayente para comenzar el año. ¿Qué más bonito que perder peso emocional y llenar ese hueco con buenos recuerdos, carcajadas y paisajes?

Rezo para que no me quede una reseña demasiado... negativa, porque no ha sido todo malo, pero vamos por partes:

Empiezo diciendo que el libro está lleno de capítulos cortos, cortísimos... Demasiado cortos para mi gusto, porque lo cierto es que no llegan a desarrollar lo suficiente como para hacerme sentir empatía con nuestras protagonistas, Joana y Derah.

Vamos alternando capítulos en el presente y en el pasado desde que estas amigas del alma deciden darle un cambio a sus vidas, porque ambas se encuentran en una etapa en la que se sienten ahogadas por el peso emocional que llevan a cuestas desde hace años. Cuando la autora nos muestra su pasado, vemos cómo llegaron a ser amigas y cómo fueron desarrollando esa amistad y sus respectivas vidas.

Hasta ahí todo bien.

Pero el libro se acaba reduciendo a unas pinceladas de historias.

Ha sido todo muy rápido en los capítulos del presente, y ha sido todo demasiado superficial en los capítulos del pasado. Me habría gustado leer unas conversaciones más profundas, que me dieran algo en lo que pensar, alguna cita que poner aquí como parte de la reseña... Pero no ha ocurrido nada de eso.

Las dos amigas hablan de hacer un cambio total en sus vidas... pero se van unos diítas de vacaciones a un camping de lujo... Y ya está. Las "mochilas" que tanto les pesaban no van a vaciarse por irse de vacaciones a un camping, digo yo. Se necesitaría un cambio más profundo para ello. Mudarse. Vacacionar en otra provincia. Tomarse un año sabático... No sé. Algo más que solamente unos días en un camping. Eso también me ha sabido a poco.

A partir de la mitad del libro, se me empezó a hacer difícil seguir leyéndolo porque quedaba cada vez más claro que no habría un nudo real. Era más que nada leer unas vacaciones entre dos amigas y ya está. Yo creía que la mochila emocional de una de ellas era que estaba enamorada de su amiga y, sinceramente, me habría gustado que tocasen ese tema. Le habría dado otra dimensión original, innovadora.

Básicamente, las dos necesitaban echar unos polvos bien echados para vaciar esas mochilas, y no me ha gustado nada el mensaje de "solo me hace falta un chico con el que revolcarme" la mitad del libro, porque, como he dicho, casi no hay conversaciones de las importantes. Esa es la conclusión que saco.





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