#Kissme — 3. Inmune a ti — E. Kennedy



Ninguna chica podía resistírsele... hasta que la conoció.

Allie está en modo CRISIS. No sabe qué hacer con su vida, acaba de dejar a su novio y, en un momento de locura, se enrolla con Dean de Laurentis, el tío más guapo y más ligón del campus.

Hay que reconocer que no estuvo nada mal. Pero lo último que necesita es liarse con un rompecorazones. Por mucho que Dean no esté dispuesto a quedar como «solo amigos». Por mucho que, cuando la vida da un giro de 180 grados, él sea el tío capaz de permanecer a su lado...
De acuerdo, pues la sinopsis es básicamente un resumen del primer tercio del libro, así que no puedo comentar nada más sin spoilear. Por lo tanto, pasaré directamente a:


En cuanto al crecimiento personal individualmente, sin codependencias, me atrevo a decir que es el libro que mejor desarrolla el tema. Ambos tienen sus carencias a nivel emocional, pero las irán superando con el correr de los páginas.

Si habéis leído los anteriores dos libros de esta saga, sabréis que Dean es el tipo más adicto al sexo que te puedes encontrar en la vida. Casi siempre con una chica distinta. A veces hasta con dos o tres a la vez. Es un loco de su parte baja. Y, aunque parezca que no, tiene su corazoncito escondido por ahí. Buen amigo de sus amigos, respetuoso con todo el que lo trate bien hasta que se pasan de una raya (por supuesto).

Y luego está la otra protagonista de este libro: Allie. Es la mejor amiga de Hannah y desde el principio de esta saga, sabemos que siempre va y viene con el novio. Cortan y vuelven juntarse varias veces. Hasta que Sean la caga, ella se enfada y, para no cruzárselo, va a casa de Garrett. Síp, esa misma casa que comparte con el cuarteto de oro. Esos preciosos especímenes de hombres, a cual más guapo y más carismático que el anterior.

Allie siempre tuvo claro por qué camino quería ir en la vida. Es decidida, divertida, también tiene debilidad por el sexo y prueba de todo en ese terreno. El tema es que es guapa y sexy, por supuesto. Aquí nadie es feo, ni tiene los dientes torcidos, ni tiene feo cuerpo...

Dean es rico a niveles inquietantes pero su familia es sorprendentemente amable y con los pies en la tierra. Allie viene de una familia acomodada, pero su situación familiar es bastante más complicada. Ya lo descubriréis cuando lo leáis.

Ambos superan duras "pruebas" que la vida va colocando en sus caminos. Lo harán juntos y por separado. Y esta última característica es lo que me ha gustado. En los anteriores, todos se apoyaban en sus parejas para seguir adelante y enfrentarse a los problemas. Y, aunque es algo que respeto totalmente y sé que es necesario en varias situaciones de la vida, también me parece interesante que todos dispongamos de la fuerza interior suficiente para afrontar las adversidades sin que nadie nos sujete de la mano y nos dé la comida en cucharita. Desde mi punto de vista, el tema de hacerle frente a los problemas solo no nos da confianza en nosotros mismos únicamente, sino que también nos hace crecer como personas.

Creo que el crecimiento personal, no hizo que ninguno de los dos perdiera la esencia única de los personajes, con lo cual, para mí, éste es el mejor libro de lo que llevamos de saga... aunque sigo sin subrayar ninguna cita especialmente profunda o bonita. No me ha hecho pensar, no me llegó al corazón y creo que algunas escenas podrían haberse estirado para crear algo más profundo.

En fin, es mi favorito de lo que llevamos, y estoy a la espera de la siguiente entrega, que tratará sobre Tucker. Porque, francamente, me ha dejado con la boca abierta con la info de esa última escena.


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